domingo, 3 de junio de 2012

TRAS UNA PEQUEÑA PUERTA


En pleno centro de Madrid, tres socias que trabajaban en una agencia de publicidad, crearon el peculiar centro de belleza Alice in Wonderland. La idea surgió al observar estos centros como un lugar frío (primera fase del trabajo de un Retail Coaching) y decidieron crear algo diferente. De esta forma, hicieron un país de las maravillas para el cuidado de la belleza, en el que al atravesar la diminuta puerta de la tienda, todos piensan que es un sitio completamente diferente a cualquier otro. No es nada minimalista (como el resto de centros), sino que todo está lleno de detalles muy cuidados como antiguas butacas abuela y un mostrador de los años 20.
Es un claro ejemplo de cuidado del punto de venta, en el que no sólo cuenta la decoración (muy apropiada para su público) sino también la especial atención al tener el detalle de acompañar las sesiones de belleza con té y pastas.
Con ello, consiguen trasmitir el objetivo inicial del proyecto, plasmándolo en una identidad visual que tiene en cuenta hasta el último detalle.



No hay comentarios:

Publicar un comentario